Sin embargo, las Murallas no son solamente un monumento que admirarse desde lejos y con reverencia: ¡por el día son perfectas para dar un paseo o para correr, e incluso para hacer un picnic! Por no mencionar las puestas del sol: si visitas las Murallas al atardecer, no te pierdas este espectáculo extraordinario, cuando el sol baja despacito hacia el horizonte, alumbrando con su luz roja toda la llanura.
Por fin, los espacios subterráneos: desde abril hasta octubre es posible explorar esta Bérgamo escondida.
Cruzando la puerta Sant’Agostino, en el lado derecho hay una apertura llevándote bajo el nivel del suelo, precisamente hasta la Cañonera de San Michele, con sus increíbles estalactitas y estalagmitas; recorriendo Viale delle Mura hacia Colle Aperto, en cambio, vas a encontrar la entrada de la Cañonera de San Giovanni. Aquí se abastecían las armas y los pertrechos del ejército, desde la Edad Media hasta el siglo XIX.
La ultima e imperdible perla subterránea es la Fuente del Lantro, que queda debajo de la Iglesia de San Lorenzo: ¿gracias a las últimas obras de reacondicionamiento de agosto, ahora es más hermosa que nunca!