Es una de las ciudades más importantes de la llanura al sur de Bérgamo y se encuentra en el centro de un cruce de carreteras y vías férreas que la conectan con Bérgamo, Milán y otras ciudades importantes de Lombardía.
Los orígenes de Treviglio son muy antiguos: el pueblo se desarrolló en los siglos X y XI en torno al castillo cerrado fundado durante las invasiones bárbaras por los habitantes de las tres villas romanas Portoli, Pisgnano y Cusarola.
Tiendas históricas y talleres artesanales animan el casco antiguo y, en la plaza central, la protagonista es la Basílica de San Martino, una importante iglesia dedicada al Santo de Tours.
Además de albergar importantes obras del Renacimiento lombardo, ostenta el campanario más alto de Lombardía.
En la Vía Galliari se alzan palacios nobiliarios de gran valor artístico y riqueza, como el Palacio Silva, que lleva el nombre de los famosos hermanos artistas.
El Santuario de Nuestra Señora de las Lágrimas, lugar de peregrinación, alberga la espada y el casco del general Odet de Foix y numerosas obras de artistas como Molinari y Bernardino Butinone.
En la plaza Mentana está el Museo Cívico, que alberga pinturas, dibujos, esculturas y grabados desde el siglo XIV hasta nuestros días.
El Bar Milano, café histórico por excelencia, conserva su mobiliario original de principios del siglo XX y el mostrador Art Nouveau.
En Treviglio no faltan espacios naturales donde pasar unos días en plena naturaleza: el Parque del Roccolo y el Parque de la Gera d’Adda.