Desde 1963, en las faldas de Ponteranica, es la clásica Trattoria de tiempos pasados donde se da más importancia a la sustancia que a la forma.
Los hermanos Falconi, Marco en la sala y a cargo de los vinos, Giorgio en la cocina, continúan con su incansable labor de investigación y mejora que ha llevado al establecimiento a ganarse la atención de los clientes y de la crítica. La combinación ganadora entre la cocina bergamasca y la toscana ha sido elegida como el centro de su excelencia gastronómica. Embutidos y quesos de alta calidad introducen primeros platos que elevan el sabor con aderezos generosos, como los Raviolones de Langosta y el ragú blanco de Chianina que realza los Giganti di Gragnano.
Se alcanza la apoteosis carnívora con la cámara de maduración DRY AGE, visible directamente en la sala, donde cortes de razas italianas, tras la clásica cocción a la brasa, se cortan y sirven en la mesa sobre un brasero caliente, o uno de los grandes platos gourmet de la trattoria, como el Corazón de res crujiente al Chianti cocido a baja temperatura con puré de papas amarillas DE.CO de Martinengo.
La rica dotación de la bodega se destaca en los maridajes propuestos por Marco Falconi, sommelier experto e incansable buscador de delicias derivadas de la uva (incluso la selección de grappas y licores es récord).