El Seminario Episcopal Giovanni XXIII está situado en el Colle di S. Giovanni (Colina de San Juan), en el pueblo histórico de Bérgamo Alta.
A lo largo de los siglos, la estructura educativa ha ocupado diversos emplazamientos, y el complejo actual es sólo el último ejemplo.
De hecho, el Seminario de Bérgamo se fundó en 1567, pocos años después del Concilio de Trento (1545), que hizo de este tipo de estructura un requisito obligatorio para todas las catedrales; el de Bérgamo fue el séptimo seminario que se fundó en todo el mundo.
El 1 de octubre de 1567 se inauguró en la iglesia de San Pancracio, para trasladarse más tarde, en 1572, al Seminario de Via Tassis, que le debe su nombre.
Finalmente, en 1821, el continuo aumento de las vocaciones y las necesidades educativas de los alumnos condujeron a su traslado definitivo a la Colina.
Aquí se encuentra todavía hoy, aunque con un nuevo aspecto: entre 1961 y 1966, en efecto, los edificios existentes fueron profundamente renovados según un proyecto firmado por los arquitectos Sonzogni y Pizzigoni.
Arquitectónicamente, el complejo se presenta como una auténtica ciudadela dentro de otra ciudadela.
Estilísticamente, cada uno de sus edificios reinterpreta los ritmos de la arquitectura medieval, declinándola progresivamente en una perspectiva moderna, caracterizada por grandes ventanales de aire casi industrial.
La fachada está revestida con losas de piedra, yeso en varios tonos y traquita gris para los marcos de las ventanas.
Durante la renovación, se conservaron en parte los palacios Sozzi y Bernareggi existentes, la iglesia de San Juan de la Colina y la fachada del palacio Bianconi, que era la entrada monumental al antiguo seminario, y se construyeron desde cero otras salas de ocho niveles, que cumplen distintas funciones.
Por un lado, albergan la iglesia, el gimnasio, el teatro, las cocinas y los refectorios subterráneos, y por otro, el liceo, las aulas propedéuticas y de teología y la biblioteca.
En los tejados de las estructuras subterráneas están los patios de recreo.
Lo que conecta los distintos bloques son dos galerías en forma de anillo, de las que parten escaleras y ascensores que conducen a los distintos edificios. Subraya el carácter espiritual del complejo laiglesia subterránea, situada en el centro del complejo: con su planta elipsoidal, su ambiente que recuerda al de una cueva y la gigantesca vidriera que proyecta su mirada sobre el patio de la iglesia y, desde allí, sobre la ciudad, no cabe duda de que causa impresión.
El seminario está dedicado a la figura del Papa Juan XXIIIque fue su alumno más famoso y que alentó las obras de renovación, aunque estaba destinado a no verlas nunca terminadas.
En la inauguración del nuevo seminario (5 de noviembre de 1967), el Papa llevaba ya cuatro años desaparecido.
A él se dedicó también el majestuoso estatua de tamaño natural que vigila la entrada, realizada en bronce por Stefano Ferrari en 1966, así como una de las capillas de la iglesia subterránea.