El Santuario de la Madonna di Prada (del dialecto, ‘de los prados’) se encuentra a las afueras de la ciudad de Mapello, localidad de la Isola Bergamasca, zona delimitada por los ríos Brembo y Adda.
El santuario está enclavado en la vasta llanura de la ladera oriental del Monte Canto, rodeado aún de paisajes naturales de gran valor paisajístico.
El santuario mariano de Prada se introduce por una impresionante avenida arbolada de 500 metros de longitud.
Probablemente ya en el siglo XIV se construyó un antiguo oratorio, que se reconstruyó a finales del siglo XIV.
La memoria popular cuenta que la Virgen se apareció a una joven, dejando como señal un manantial de agua prodigiosa que curó a numerosos enfermos.
Estos hechos extraordinarios cesaron cuando una plebeya se atrevió a lavar a su perro con el agua bendita.
A principios del siglo XVII, la devoción decayó y se decidió tapiar el nicho con el fresco de la Virgen.
Durante las obras, el andamiaje se derrumbó, lo que se interpretó como una señal celestial y el fresco volvió a ser objeto de culto.
El interior está decorado con frescos, pintados en 1956 por el pintor mapellés Natale Bertuletti