La iglesia, situada en el centro de Ardesio, se construyó para conmemorar el milagro ocurrido el 23 de junio de 1607, cuando la Virgen se apareció a dos niñas.
El prodigio se renovó y se inició un proceso canónico: los habitantes de Ardesio construyeron entonces una iglesia en el lugar de la aparición.
Se hicieron embellecimientos y renovaciones en la primitiva iglesita hasta el espléndido santuario actual, al que también acuden en oración peregrinos de otras provincias.