Un cruce de valles, un rompecabezas de vistas, muchos colores: San Giovanni Bianco se parece mucho a Arlequín, el personaje del teatro popular italiano que, según la tradición, está vinculado a estas tierras.
El centro histórico de la ciudad ha permanecido casi intacto, formado todavía por viejas casas apoyadas unas contra otras, separadas sólo por estrechas callejuelas.
No menos de siete puentes románicos dan al pueblo su aspecto característico, y desde el fondo del valle la vista es impagable.
Por último, no te pierdas la “Casa di Arlecchino” (Casa de Arlequín) en la cercana aldea de Oneta, una casa noble del siglo XV perfectamente conservada donde se dice que vivió el personaje que inspiró la famosa máscara teatral.
Si te encuentras en San Giovanni Bianco en las dos semanas previas a la Pascua, no te pierdas una fiesta devocional muy sentida y pintoresca: la Fiesta de la Santa Espina. Desde 1495, en la hermosa iglesia parroquial se conserva una reliquia de la Santa Espina, que el caballero Vistallo Pignoni llevó aSan Giovanni Bianco tras la batalla de Fornivo sul Taro, en la que participó.
Todos los años, una gran multitud asiste a la fiesta, durante la cual la reliquia es llevada en procesión por la ciudad; la víspera por la noche, se encienden hogueras características, acompañadas de un espectáculo de fuegos artificiales, mientras toda la ciudad se ilumina con miles de velas y cirios.