La Puerta de San Lorenzo era la puerta de entrada a la ciudad para quienes llegaban de los valles del norte de Bérgamo y de más allá de los Alpes.
Debe su antiguo nombre a la iglesia que había en el lugar y que fue demolida por el gobierno véneto para construir las Murallas.
El segundo apelativo por el que se la conoce, Porta Garibaldi, deriva en cambio de un importante acontecimiento histórico: en junio de 1859, Giuseppe Garibaldi, al mando de sus voluntarios los “Cacciatori delle Alpi” (Cazadores de los Alpes), entró en Bérgamo por esta misma puerta y la liberó del dominio austriaco.
Garibaldi fue un ilustre comandante que desempeñó un papel importante en la unificación de Italia.
Se puede decir que tuvo una conexión especial con Bérgamo: en 1860 dirigió la Expedición de los Mil, en la que participaron nada menos que 174 bergamascos.
Zarparon de Quarto (Génova) y atracaron en Marsala (Sicilia) con el objetivo de remontar la península y liberar el Sur del dominio borbónico: en Teano, cerca de Caserta, Garibaldi se reunió con el rey de Cerdeña Víctor Manuel II y le entregó los territorios del sur de Italia que acababan de conquistar.
En referencia a esta expedición, Bérgamo también recibe el nombre de “Ciudad de los Mil”.
Curiosidad:
La Puerta de San Lorenzo fue la única que se cerró durante un tiempo, precisamente de 1605 a 1627, por considerarse difícil de vigilar contra las emboscadas.
Sin embargo, los viajeros de los valles bergamascos que entraban en la ciudad por este paso protestaron enérgicamente y consiguieron su reapertura.
Al igual que las demás puertas de las Murallas, hasta el siglo XX se cerraba todas las noches a las 22 h para garantizar la seguridad de la ciudad.