Lugar antaño dedicado al comercio, está situado en el punto de encuentro de las vías de acceso a la Ciudad Alta más importantes de entonces. Según la tradición, debe su nombre a la antigua presencia del Gremio de Zapateros, que tenía su sede en el palacio del siglo XIV cuya fachada aún se conserva, hoy estación del funicular que entró en servicio en 1887.
En la ciudad medieval, los artesanos y comerciantes se organizaban en gremios, cuyas actividades estaban reguladas por estatutos aprobados por el Ayuntamiento, algunos de los cuales aún se conservan en la Biblioteca Cívica.
Texto editado por
Mauro Gelfi, Museo de Historia de Bérgamo Rosanna Paccanelli Gavazzeni