El corazón sagrado de la ciudad debe su nombre a la imponente Catedral que lo domina, situada frente al Baptisterio, el Episcopio y la Curia. Antes de que la Serenísima construyera la actualPiazza Vecchia, ésta era la plaza de la ciudad, dedicada a San Vicente. Aquí se emitían anuncios, se formalizaban actas notariales, se celebraban intercambios y se negociaba. En ella se alza la Catedral de San Alejandro, dedicada al patrón de Bérgamo. El edificio actual, rico en arte e historia, data del siglo XVII, aunque la iglesia original se fundó mucho antes. Frente a la catedral se encuentra el Baptisterio, una valiosa obra de arte renacentista, construida por Giovanni da Campione en el siglo XIV y trasladada a la Piazza Duomo en el siglo XIX. Junto a la catedral se alza el Palazzo della Ragione, antaño corazón político y administrativo de la ciudad. Este edificio tiene una historia que se remonta al siglo XII y es uno de los edificios municipales más antiguos de Italia. Junto a él se encuentra la magnífica Basílica de Santa María la Mayor, famosa por su interior extraordinariamente rico y su complejo estilo arquitectónico que mezcla románico y barroco. Además de los edificios religiosos e históricos, de la plaza salen calles adoquinadas, y paseando por ellas puedes disfrutar de una auténtica experiencia de la vida en la ciudad alta.