Pasticceria Sant’Anna es una historia familiar que comenzó en los años 70, cuando Ivar Foglieni y su abuela Francesca se convirtieron en empresarios de hostelería.
En 1996, tras más de una década regentando su restaurante “Ol Giopì e la Margì”, nació la pastelería en una de las plazas más bellas de la ciudad.
Ahora regentada por Isabella, la mujer de Darwin, la pastelería ofrece desayunos, almuerzos, meriendas, aperitivos y helados caseros.