Dos matrimonios están en el origen de los dos momentos diferentes de la construcción del Palacio Terzi: el matrimonio entre el marqués Luigi Terzi y la jovencísima Paola Roncalli en 1631, y, más de un siglo después, la unión entre el marqués Gerolamo Terzi y Giulia Alessandri.
En la primera fase se construyeron la fachada y el ala sur del palacio, mientras que en la segunda se amplió la plaza situada frente a él.
Al llegar frente a la entrada, te sorprenderá el magnífico jardín en terrazas, repartido en varios niveles del recinto, desde el que podrás admirar un panorama incomparable.
El interior no es menos impresionante: encontrarás salas maravillosas: el Salottino degli Specchi, la Sala Rossa, el Salone d’Onore, bellos ejemplos del barroco del siglo XVIII, y en la graciosa Sala del Tiepolo, hay incluso un lienzo atribuido a Tiepolo en el centro del techo.
Incluso el gran escritor Hermann Hesse, que en 1913 se topó por casualidad con la Piazzetta Terzi, quedó tan fascinado por ella que dijo: “uno de los rincones más bellos de Italia, una de las muchas pequeñas sorpresas y alegrías por las que merece la pena viajar”.
A través de la puerta principal del palacio “se vislumbraba un patio con plantas y un farol, más allá del cual destacaban nítidamente dos grandes estatuas y una elegante balaustrada, en una atmósfera de ensueño, que evocaba, en aquel estrecho rincón entre los muros, el presentimiento de la distancia infinita y la inmensidad del aire sobre la llanura del Po”.
Curiosidad:
La puerta principal del palacio suele estar abierta, permitiendo la encantadora vista de la ciudad baja, pero si la encuentras cerrada, asómate por el gran ojo de la cerradura, ¡algunas de las fotos más curiosas de Bérgamo se hicieron así!
Es posible visitar el palacio con cita previa: para grupos de un mínimo de 15 visitantes se aplica una tarifa de entrada de 7,00 euros por persona.
Para grupos más pequeños, se aplica una tarifa fija de 100,00 euros por grupo.
Es posible visitar el palacio con motivo de la iniciativa Dimore e Design.
