No hay nada más atractivo y humanamente eficaz que dar vida a las personas mediante la búsqueda continua de todo lo que les perteneció con el propósito expreso de exponerlo y trasladar así su historia en el tiempo.
Así lo hizo el gran corazón alpino de Colere, que el 25 de abril de 2015 inauguró oficialmente su Museo (alojado en la sede del grupo) y una estela dedicada a la memoria de los caídos de todas las guerras.
Esta fue la conclusión de una búsqueda larga, incesante y muy paciente que implicó a toda la población que, urgida por ello, puso a disposición quizás sus posesiones más queridas…
Así, cartas, recuerdos, imágenes y fotografías, documentos, armas y municiones, radiotransmisores, uniformes militares, ropas típicas de los cuerpos alpinos y objetos utilizados habitualmente por los que estaban en el frente han encontrado un hogar en las salas del Museo, que tiene el mérito de haber incluido estos objetos en reconstrucciones apropiadas: dos ejemplos sobre todo son el montaje de una trinchera y la enfermería de campaña.
Cada pieza expuesta en el Museo Alpino va acompañada de una ficha detallada que la hace comprensible, sobre todo en su uso, a los visitantes y está ordenada en secciones temáticas.
Si lo que se ha recogido hasta ahora parece notable, en cuanto a variedad y número de “hallazgos”, el grupo alpino de Colere sigue buscando todo aquello que pueda incluirse en la exposición en el futuro.
Así que continúa la actividad de coleccionar lo que aún pueda estar guardado en cajones y desvanes… sombreros alpinos, medallas, documentos incluso de baja, accesorios militares o certificados de mérito.
¡¡¡Todo el material podría regalarse íntegramente o simplemente prestarse al Museo, que seguro que se hará cargo de él!!!