Bérgamo es mundialmente famosa por sus Murallas Venecianas, que datan del siglo XVI y aún hoy son visibles en toda su grandeza.
Sin embargo, debes saber que, ya en la Edad Media, la poderosa familia Visconti que gobernaba Bérgamo (así como, entre otras, Milán) hizo construir la llamada “Muraine”: una muralla para defender las aldeas que se habían desarrollado a lo largo de los siglos por las rutas que comunicaban la ciudad con las localidades vecinas.
Esta obra completó las fortificaciones construidas en las colinas, donde el castillo de San Vigilio coronaba el aparato defensivo de la ciudad.
A lo largo del perímetro del Muraine se encontraban las seis puertas que comunicaban Bérgamo con las vías exteriores: fortificadas y dotadas de puentes levadizos sobre el foso, estas entradas desempeñaban también funciones de control aduanero, abriéndose por la mañana y cerrándose por la noche.
El cinturón de Muraine incluía también 31 torres cuadradas y otra redonda; fueron completamente desmanteladas en 1901, cuando la entrada a la ciudad volvió a ser libre y ya no fue necesario pagar el derecho, el peaje de acceso.
Sin embargo, aún queda un vestigio: la redonda Torre del Galgario (el nombre deriva de calchera o calcarium, horno de cal), que era una de las torres clave de este sistema defensivo, situada en una posición estratégica porque era el punto de intersección de múltiples rutas viarias que aún hoy se utilizan ampliamente.