Se dice que San Alejandro, patrón de Bérgamo, fue decapitado en el mismo lugar donde hoy se alza este imponente pilar.
Reconstruida en 1618 a partir de fragmentos de piedra de época romana, representa también el único vestigio de la catedral dedicada al Santo en el siglo IV y posteriormente demolida.
La iglesia que puedes ver hoy, y sobre cuyo parvis se alza la columna, data de 1447, pero no asumió su estructura actual hasta principios del siglo XVIII; el campanario, en cambio, se terminó en el siglo XX.
En su interior encontrarás una sola nave con nada menos que cuatro capillas a cada lado: si no eres supersticioso, puedes visitar la capilla de la Santísima Virgen del Patrocinio, construida sobre un antiguo cementerio.
Además, numerosas obras de arte te esperan en las capillas y sacristías, entre ellas el espléndido cuadro de Lorenzo Lotto “Lamentación por Cristo muerto”, un raro ejemplo de temple sobre lienzo, fechado en 1520-1521.