La Iglesia y el Monasterio Celestino se construyeron en el siglo XIV, en la aldea que antes se llamaba Plorzano y ahora Santa Caterina.
Las sencillas líneas arquitectónicas y la estructura reflejan los cánones de la Orden Benedictina, alejados de la pompa y las circunstancias. Sin embargo, con el paso de los siglos, la iglesia se amplió y en 1600 se hizo más “barroca”, con una gran escalinata y la adición de frescos, estucos y tallas en el interior.
También puedes visitar el pequeño claustro medieval contiguo, de planta cuadrada, el pórtico y el gran claustro, con cuatro pilares angulares de piedra y capiteles del siglo XIV.
El monasterio se cerró a finales del siglo XIX, mientras que la iglesia, tras un periodo de desacralización, fue restaurada y devuelta a la ciudad y al culto en 1939.