La abundancia de agua está en el origen de una vocación arraigada en Val Borlezza desde hace siglos.
Este elemento natural, fuente de fuerza y riqueza, ha permitido el florecimiento de numerosas actividades artesanales a lo largo del tiempo: aserraderos, molinos, una fábrica de papel, mazos hidráulicos e incluso numerosos ingenios.
En Cerete, en el corazón del valle, había un lugar donde se levantaban ocho molinos.
Sin embargo, según los ancianos del pueblo, debió de haber muchos más a lo largo de los arroyos que atraviesan el pueblo: los municipios vecinos también poseían molinos en Cerete.
Dos de ellos han sobrevivido intactos hasta nuestros días y siguen funcionando: son el molino de batir cortezas y el molino Giudici, dirigido desde octubre de 2018 por Flavio Vecchi, que renunció a su trabajo fijo movido por su pasión por los cereales y la molienda.
Este molino estrictamente de piedra y accionado por agua produce harinas ecológicas certificadas de maíz y cereales menores, con las que se elaboran productos alimenticios ecológicos y km0.
Los dos molinos, construidos probablemente en el siglo XVI, simbolizan la historia de este pueblo y son uno de los monumentos más famosos de Val Borlezza.
Otro testimonio es el Pestone idraulico: reconstruido donde se encontraban partes de los muros del edificio original tras un proyecto del ecomuseo del valle de Borlezza, ofrece a los visitantes una visión de la vida y la economía de la época.Se trata de un molino de agua cuya fuerza motriz se utilizaba para la producción de tanino, una sustancia que se encuentra en la corteza de los árboles y que se empleaba para la elaboración del cuero y la producción de papel.
En el pequeño parque que rodea “ol Pestù”, se encuentran también las piedras de molino originales del Molino de Onore y un horno de tierra cruda construido in situ en 2013, útil para cocer pan.
Para redescubrir esta antigua tradición existe por fin el MACER, Museo de Molinos, Molinería y Cereales, inaugurado en 2018 por la asociación “La Sorgente” en el interior de la antigua iglesia de San Rocco.
Se exponen reconstrucciones de “piedras de molino” de la Edad de Piedra y también maquinaria de la época que aún funciona.