La fuente se construyó entre los siglos XII y XI.
Se alimentaba del manantial del Colle della Rocca, pero su suministro de agua se agotó en el siglo XVIII; probablemente por este motivo, desde entonces se llama Fontana Secca.
Las características arquitectónicas son las comunes a otras fuentes medievales: estaba compuesta por un arco muy amplio, tenía una cámara subterránea, a la que se accedía por una escalera, y, en la parte posterior, había un depósito con una puerta para inspección y limpieza.