El monasterio y la antigua iglesia contigua nunca han cambiado de uso: siempre han estado consagrados a la cultura.
De hecho, el complejo, fundado hacia 1290 por los padres Eremitanos y traspasado en 1407 a los Regulares Observantes (ambos pertenecientes a la orden monástica de San Agustín), pronto se convirtió en la sede de un importante centro de estudios religiosos y culturales. En 1647 comenzó a albergar la Accademia degli Eccitati y en 1670 se abrieron allí escuelas de filosofía y teología.
Hoy, la tradición continúa, el monasterio es una de las sedes de la Universidad de Bérgamo y la antigua iglesia se ha convertido recientemente en una sala de conferencias.
Las obras han devuelto la vida a esta antigua joya de la Ciudad Alta: desde el exterior, podrás admirar la fachada gótica de piedra arenisca a dos aguas y el portal de entrada redondeado de estilo nórdico.
Al entrar, te quedarás sin aliento al contemplar el majestuoso artesonado de madera y las paredes con fragmentos de frescos medievales inundados de luz por las altas ventanas.
Justo delante de la antigua iglesia de San Agustín se encuentra el prado de Fara: en cuanto empieza a salir el cálido sol de primavera, este espacio verde se llena de gente que quiere hacer deporte, relajarse con los amigos, pasar tiempo al aire libre y divertirse.
¿Te gustaría unirte a ellos?