Situada a sólo 35 km de Bérgamo, Dossena es la capital del hierro de la Val Brembana, uno de los primeros asentamientos de toda la zona.
Del latín “Dorsum”, que significa “joroba, montaña”, Dossena era conocido como el asentamiento cercano al monte Vaccareggio, habitado desde la Edad de Bronce para explotar los ricos yacimientos de metal. Cuando no había señales, ¡la naturaleza era un gran punto de referencia!
Los yacimientos de fluorita de la zona del Monte Vaccareggio siempre la han convertido en una tierra preciosa. El origen del nombre de este metal es curioso: en latín “Fluere” significa “fluir, fluir”, ¡porque este mineral se fundía, convirtiéndose así en líquido, y fluía rápidamente a temperaturas muy bajas! Debido a esta propiedad, la fluorita era tan estratégica que se utilizaba en diversas industrias, desde la siderúrgica a la vidriera, desde la ingeniería aeronáutica a la industria espacial. La fluorita extraída aquí en Dossena se utilizó como componente de algunos de los cohetes portadores de la NASA -el Atlas y el Saturno- para misiones lunares.
El sistema de túneles ha sido construido a lo largo de los siglos por varias generaciones de aldeanos, que han trabajado en las minas sólo con la fuerza de sus brazos y picos. Su duro trabajo es hoy nuestra maravilla, reconocida como un raro ejemplo de dedicación y sacrificio. Hoy, Dossena tiene 930 habitantes, y es el municipio 190 de la zona de Bérgamo en cuanto a población, pero en el apogeo de la actividad minera, en los años 20, había casi 1.200, y la mayoría trabajaba en las minas.
Una visita a las antiguas minas es un verdadero viaje al “Centro de la Tierra”, una experiencia inolvidable: es emocionante sumergirse en la oscuridad de las galerías labradas a mano, guiados sólo por la luz de las antorchas. Las grandes cámaras mineras y los barrios subterráneos hacen de este lugar un hallazgo industrial único.
La naturaleza es la protagonista en todo Dossena, rodeada de exuberantes tierras verdes. En primavera, en un festín de colores y aromas, descubre esta tierra gracias a los senderos CAI y a las rutas aptas para vehículos de dos ruedas.
En Dossena, puedes saborear los sabores únicos de los productos típicos, como quesos, embutidos y exquisitas cervezas artesanas. Los numerosos restaurantes ofrecen menús tradicionales y las granjas de la zona son verdaderas guarniciones de sabor y tradición.
En 1500, Leonardo da Vinci visitó Dossena para estudiar sus yacimientos y minerales. El gran maestro se enamoró de Dossena por la naturaleza y el ambiente de este pueblo, ¡y todo el valle fue su destino favorito! Uno de sus mapas de la zona se conserva en una de las láminas del Códice Windsor, una preciosa colección conservada en la Real Academia de Londres.
Dossena es apta para todos: familias con niños, grupos de amigos y, sobre todo, amantes de los sabores y la naturaleza. Alójate en Dossena, descubre su belleza, su historia y sus tradiciones enogastronómicas, maravíllate con la puesta de sol sobre la Orobie y las impresionantes vistas que rodean esta tierra mágica.