Rodeada por el abrazo de las Murallas Venecianas e inmersa en el Parco dei Colli, una zona verde de 4700 hectáreas, Città Alta es el núcleo histórico de Bérgamo. Llega a ella a pie, partiendo de la moderna Città Bassa, a través de románticasescaleras de piedra que trepan por las laderas de la colina, o rompe las murallas con el funicular que sube y baja con sus vagones desde hace más de 100 años. Descubrirás una ciudad medieval con sus antiguas calles empedradas, la arquitectura de sus palacios históricos y sus plazas. Vislumbres pintorescas de un pueblo intemporal.
Te encontrarás paseando por la Corsarola, la calle principal que atraviesa toda la Ciudad Alta.
Por el camino llegarás a la Piazza Vecchia, el núcleo central de la ciudad, una perfecta armonía de sólidos y vacíos.
En el centro está la famosa Fuente Contarini, con sus esfinges, una frente al edificio neoclásico de la Biblioteca Mai y la otra frente al Palacio de la Ragione, que representan la razón y el conocimiento, recursos del hombre ante los retos de la vida.
Por encima del Palacio del Podestá se alza el Campanone, la torre cívica, a la que se puede subir para disfrutar de una vista impresionante.
Cada noche, a las 22 h, el ritual de las 100 campanadas marca el momento en que los bergamascos fueron llamados a entrar por las cuatro puertas que se abren en las Murallas Venecianas, que se cerraron enseguida.
Un consejo: al atardecer, recorre el perímetro de las murallas para disfrutar de una fantástica puesta de sol.
Las murallas miden unos 6 km y puedes recorrerlas a pie para descubrir rincones sugerentes y vistas de los alrededores.
Pasadas las arcadas del Palazzo della Ragione, te encuentras en la Piazza Duomo, donde se alzan algunas de las perlas de la ciudad antigua: la Basílica de Santa Maria Maggiore, la Capella Colleoni y el Duomo.
Tras descubrir la emblemática Piazza Vecchia, continuando por la Corsarola, llegarás a la Cittadella Viscontea, una estructura fortificada complementaria de la Rocca que se alza en el lado opuesto de la ciudad vieja, hacia el este, junto a la cual forma el sistema defensivo de la ciudad.
Pasando por la puerta de la Ciudadela o cerca de la Torre de Adalberto llegarás a Colle Aperto, donde es imprescindible probar la Stracciatella y donde encontrarás, tras pasar la puerta de S. Alessandro, el segundo funicular
el que lleva a San Vigilio, la colina más alta.
La vista desde allí arriba es imperdible.
Diametralmente opuesta, al otro lado de la ciudad alta, se alza la Rocca con su hermoso Parco delle Rimembranze (Parque del Recuerdo), que alberga el museo del siglo XIX.
Una calle interesante para seguir cuesta abajo es la Via Porta Dipinta, cerca de la cual se alza el Palazzo Moroni con sus jardines, llegarás a la Fara y al monasterio de Sant ‘Agostino , sede de la Universidad de Bérgamo, rodeado por su hermoso parque y la Porta Sant’Agostino, que alberga un museo dedicado a las murallas.