Situado en la encrucijada entre la Cremasca y la Francesca, dos de las principales rutas comerciales que atraviesan la llanura bergamasca, el castillo de Urgnano no ha perdido nada de su encanto en sus siete siglos de existencia.
Le aconsejamos que entre por la entrada sur, adornada con un falso revestimiento del siglo XIX (una fortificación exterior adicional que protegía el puente) que conduce al puente levadizo.
El interior, aunque conserva la estructura militar del edificio, ha sido renovado como un palacio noble y ha adquirido una belleza más opulenta.
Al recorrer las diferentes plantas, encontrará salones con frescos, suntuosas decoraciones, muebles del siglo XVIII y una rica colección de mapas históricos.
Por último, podrá relajarse en el encantador y acogedor jardín de la azotea, decorado en un suave y sobrio estilo italiano, perfecto para un agradable momento de respiro, protegido por los gruesos muros de la fortaleza del ajetreo del mundo exterior.