Éstas son las palabras con las que uno de los cinco compositores más importantes de todos los tiempos describe su casa familiar en una carta a Simone Mayr.
La casa natal de Donizetti, decretada monumento nacional, está aquí en Bérgamo, en Borgo Canale, donde en aquella época los edificios estaban bastante deteriorados y eran pobres.
La familia del compositor vivía en el sótano del edificio, que hoy también se puede visitar en la planta baja, a la que se accede por una estrecha escalera.
Era muy espartano y constaba de dos habitaciones que hacían las veces de cocina y dormitorio, además del pozo y la nevera. El destino de Donizetti parece haber estado sellado: en su vida tejió notas, creando composiciones inmortales igual que sus padres tejían telas.
De hecho, los padres del Maestro eran sastres y pertenecían a ese humilde segmento de la población que se ganaba la vida trabajando para los señores de los ricos palacios de la Ciudad Alta.
Donizetti redimió sus humildes orígenes haciéndose mundialmente famoso y dando lustre a su ciudad.
Desde hace algún tiempo, es posible revivir un día en la casa Donizetti gracias al proyecto Impronte sonore: un viaje multimedia que evoca mediante sonidos la vida de una familia típica del siglo XVIII en la zona de Bérgamo, una experiencia inmersiva realmente sorprendente.