Llamada así por haber sido legada a los arciprestes de la Catedral en 1840, fue encargada por el jurista Ghislandi a finales del siglo XIV y es un ejemplo de vivienda renacentista.
Los ornamentos de las ventanas son muy finos, entre los que destaca el de la planta baja con perspectiva fingida.
Las extraordinarias policromías del mármol atestiguan las influencias de las corrientes arquitectónicas venecianas.