El proyecto vitivinícola del Castello degli Angeli fue precursor de la filosofía biodinámica basada en el respeto al hombre, al tiempo y a la tierra, que siguen siendo hoy los principios fundamentales de la producción. Estudios, ambiciones y deseos llevaron en 1996 al mecenas Dr. Taiariol y al visionario enólogo Prof. Zierock a experimentar con el cultivo de variedades de uva inéditas para la zona de Bérgamo, inspiradas en los grandes vinos franceses. Así se creó uno de los viñedos más extremos de Lombardía: 1,8 hectáreas de viñedos con pendientes de hasta el 45%, muros de piedra seca y una densidad de unas 11.000 cepas por hectárea. La cadena de producción es totalmente artesanal, desde la elaboración en el campo hasta la vendimia, pasando por el prensado, el largo envejecimiento en barricas y el embotellado. La producción es de unas 6.000 botellas al año.
“Mi fruta dedicada a ti, mi invitada elegida”
Morada de las emociones.