Desde la cabeza de puente hasta la puerta de S. Alessandro, el acueducto de Vasi (3,5 km, desnivel de 70 m) llevaba a la ciudad el agua de los manantiales de las laderas septentrionales de las colinas.
De origen antiguo, suministró agua para uso doméstico hasta principios del siglo XIX.
El agua para el trabajo procedía en cambio del río Serio, al pie de la ciudad, donde se desarrollaron las principales actividades manufactureras.