La ruta, que está completamente rodeada de vegetación, gusta mucho a los niños porque pueden caminar y correr con total libertad.
Requiere calzado adecuado y especial cuidado en algunos tramos debido a la presencia de rocas, pero en su complejidad se considera una ruta corta y de dificultad media con una pendiente del 15%.
La salida es desde Via Quintino Alto, en Bérgamo, y desde el principio te acompañan entre los parques de dos hermosas villas privadas, donde la bandera roja y blanca con el número 533 marca el camino del CAI, visible al pie de los pasos iniciales.
Avanzas siguiendo el camino que siempre señala el objetivo final: el Colle della Maresana.
Por el camino, te rodeará un paisaje de silencio y quietud, ideal para admirar el panorama hacia el sur de la ciudad.
Durante el ascenso, las vistas son cada vez más espectaculares, sobre todo en primavera, cuando las rocas del sendero se colorean con los pétalos fucsia y las puntas amarillas de la polygala.
El puerto de la Maresana, situado más allá del límite noreste de la ciudad, a lo largo de la cresta que define el comienzo del valle Seriana, es un lugar de refugio para los amantes del silencio y el verdor.
A 546 metros de altura, la Maresana se caracteriza por sus bosques de castaños y ofrece una vista impresionante de la ciudad baja y la llanura circundante.
Para los más pequeños, el paseo se convierte en una divertida aventura.
En la cima, el Parque Ca’ Matta ofrece senderos botánicos y sensoriales en el bosque, un pequeño estanque artificial y una gran pradera donde relajarse y disfrutar del sol.
El parque te invita a descubrir la biodiversidad, ofreciendo diversas actividades y talleres orientados a proteger el medio ambiente y crear una conciencia ecológica.
Además, cerca de la Iglesia de S. Marco en Maresana, hay un pequeño parque infantil que ofrece recreo adicional para los niños.
Los adultos, por su parte, pueden explorar la historia del edificio religioso, construido en 1520 y ampliado durante el siglo XVI, o relajarse en el restaurante histórico situado en las inmediaciones.
El Colle della Maresana recompensa el esfuerzo de todos, jóvenes y mayores, dando la sensación de estar en el mayor balcón panorámico sobre Bérgamo.
La vista de la llanura de abajo es impresionante, una verdadera recompensa por afrontar la subida.
Caminar es creer.