Te sorprenderá la grandiosidad de este edificio, para cuya construcción incluso se desvió el curso del arroyo ValVendra, del que toma su nombre la Basílica.
Al norte de Lovere, construido durante el Renacimiento por las familias del Borgo como prueba tangible de su riqueza, acumulada a partir de los famosos paños locales.
Si te gusta ponerte a prueba, ¡trata de distinguir las influencias artísticas tardogóticas de las renacentistas lombardo-venecianas en la Basílica!
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Fíjate bien en la bóveda artesonada de la nave, el ábside poligonal cerrado por un precioso coro de madera con incrustaciones, el altar mayor, los frescos de las paredes y las nueve capillas laterales: ¡aunque no adivines los estilos, al menos habrás admirado las maravillas de esta Basílica!