Érase una vez un carpintero que amaba tanto su trabajo que quiso fundar un museo para recoger y conservar las herramientas de su oficio.
Con el tiempo, la colección se amplió para dar cabida a toda la noble historia de la madera.
Cuando visites los 3.500 metros cuadrados de exposición repartidos en tres plantas, te sorprenderá descubrir cuántos objetos se fabricaban con madera en el pasado.
A través de un evocador viaje en el tiempo, verás recreados con sumo cuidado hasta el último detalle los antiguos talleres de los maestros carpinteros: el modelista, el tonelero, el encajador, el luthier…
Además de muebles, calzado como zuecos, herramientas agrícolas y marionetas, podrás admirar carros, trineos, barcos y bicicletas, incluida la colección Felice Gimondi.
Incluso hay un avión de madera de la Primera Guerra Mundial.
El Museo no es sólo conservación, sino también educación y sensibilización: siempre ha organizado varias iniciativas para promover la madera como materia prima respetuosa con el medio ambiente y biodegradable y, en consecuencia, una cultura de sostenibilidad y reciclaje.
Además, desde hace unos 10 años se han creado junto al museo una sala de enseñanza y un taller para impartir un curso de carpintería profesional.
Subyace el concepto del vínculo mutuo entre el mundo del trabajo y el del estudio, entre la práctica y la teoría.