Si observas la fachada de la Basílica, verás una pequeña pirámide blanca situada en el capitel de la columna a la izquierda del arco central: debajo hay una preciosa urna de fecha incierta.
Algunos la atribuyen a la época romana, mientras que para otros contiene los restos de Tiziana, la hija de 12 años de la reina longobarda Teodolinda.
La inscripción de la urna está arruinada por los golpes de cincel, pero se pueden leer las letras: “RO…. TI…NAE QUAE VIXIT ANN. XII. M.VII D. XIII”.
Pero en esta basílica se encierran otros misterios.
Por ejemplo: un “ourobos”, es decir, una serpiente que se muerde la cola, está esculpido en los tres monumentos funerarios del ábside menor derecho.
Este símbolo está relacionado con la alquimia, y encierra una mariposa que simboliza la metamorfosis: ¿qué tiene esto que ver con la religión católica?
El estilo arquitectónico de la basílica se reconoce como románico y está fechado entre los siglos XI-XIII.
Aunque está en desuso desde el siglo XVI, observarás que los tres ábsides que han llegado hasta nosotros están construidos con piedras desiguales de distinta forma, color y material, al igual que el resto de las columnas.
Además, sólo estos ábsides y la primera crujía, la única que queda, están cubiertos por tejados, aunque ya no son originales.
La parte descubierta formaba y forma parte del cementerio de Bonate Sotto, que aún conserva numerosos túmulos y vestigios.
En el interior, podrás admirar los capiteles originales, esculpidos con formas zoomorfas, antropomorfas y geométricas, que recuerdan el estilo cluniacense y casi parecen anticipar el estilo gótico típico de Cluny.
Curiosidad:
Según fuentes orales, hasta la década de 1980, en las inmediaciones de la basílica había una gran piedra, conocida como “pila” (que también se menciona en una carta de 1671, pero de la que se han perdido los rastros) con una cavidad que contenía agua, que ni siquiera en las peores sequías se secaba, y que estaba dotada de poder taumatúrgico según la tradición popular; la gente solía bañarse los ojos con esa agua (herencia de costumbres paganas), hasta que (según la leyenda) un cazador bañó a su perro en agua de la pila y se le acabó.